Para buen parte de los que conformamos el colectivo profesional, en la actividad de la Agencia Comercial , y que vislumbramos a corto o a medio plazo el cese en nuestras funciones de manera inexorable por motivos de edad, me gustaría plantearles las siguientes cuestiones.
A lo largo de la historia más reciente, y concretamente desde 1945 después de la Gran Guerra, con la conquista de los derechos de los trabajadores y los derechos humanos, la institución de la Seguridad Social ha jugado un papel trascendental en el devenir de los tiempos.
Establecido como mecanismo destinado a proteger integralmente a los habitantes de un país, a través de prestaciones económicas, atención médica y otros beneficios, pero al mismo tiempo como mecanismo social institucionalizado desde los distintos órganos de gobiernos.
La Seguridad Social, es un concepto separado en dos vertientes; El de la Seguridad y el de lo Social. La primera vertiente, Seguridad, abarca ideas como exención, peligro, riesgo, daño o mal, así como ideas de confianza y garantía; mientras que lo Social, comprende un ámbito mucho más amplio como es la sociedad en su conjunto.
La época contemporánea ha sido testigo de varios acontecimientos desde el punto de vista social, político y jurídico, que han incidido en la creación de la idea de la Seguridad Social, acontecimientos como la Revolución Industrial, junto con las leyes de protección que surgieron con posterioridad a las revueltas sociales y obreras y la aparición del Estado Liberal, implementados en las postrimerías de la Segunda Guerra mundial, que nos abocaron a la creación de la Seguridad Social, dando oportunidad para que surja el Estado de Bienestar, que posteriormente es conocido como Estado Social de Derecho.
Como contrapunto a todo lo expuesto, relataré como algunos dirigentes desde su hipocresía y desde la atalaya de sus prerrogativas y privilegios, son capaces de atentar contra los derechos conquistados.
Tao Aso, ministro japonés de Finanzas, homólogo al de Economía en nuestro país, al debatir en el Consejo Nacional de la S.S. sobre las voluminosas partidas destinadas a unidades de reanimación y demás tratamientos para prolongar la vida( la cuarta parte de la población nipona, tiene más de sesenta y cinco años) realizó una declaración envenenada, que resulta a todas luces ofensiva y discriminatoria, contra los ciudadanos nipones de la tercera edad, al argumentar «Por qué tengo que pagar por la personas que sólo comen y beben y no tributan»,o la siguiente perla : Deben «darse prisa y morir»;así como leéis, esas fueron las palabras que consideró más oportunas para mostrar su preocupación por las finanzas de su país, que se ven amenazadas por los gastos médicos en los que incurre el Estado, para la protección de sus ciudadanos de oro y plata. Desde luego ante la gravedad de sus declaraciones, tuvo que comparecer de nuevo y matizar lo que había dicho; simple detalle tratándose de alguien que acumula setenta y tres años de vida, pero que dispone de unas cuentas de ahorro, que le permiten prescindir de la asistencia pública y de los servicios de la S.S. No obstante pone de relieve un tema que debe estar presente en las agendas políticas de todos los países; La atención a las personas mayores.
El promedio de vida ha ido aumentando en todos los países desarrollados y los sistemas de pensiones y atención médica para atender las nuevas demandas, no han sido reformados con la misma velocidad, todo lo cual se agrava con la caída de las cotizaciones y la merma de fondos como consecuencia de la crisis económica, que ha afectado a las principales economías del planeta, poniendo en la cuerda floja el Estado de Bienestar.
Por lo que atañe a España, surgen algunas ideas en los diversos foros, que son un buen inicio para lograr la reforma que tanto necesita la Caja de la S.S.
Quienes integran el grupo cada vez más poblado de la tercera edad, merecen en el ocaso de sus vidas vivir en tranquilidad y bienestar, máxime si tomamos en consideración que el país que disfrutamos es herencia directa de su trabajo y esfuerzo.